Mateo 5 17-37
DIOS PERDONA DE VERDAD, PORQUE AMA DE VERDAD.
Dios perdona y olvida. Borra totalmente nuestras ofensas. Si alguna vez nos acordamos de alguna ofensa, está en ese momento la oportunidad para amar, para repetir el acto de fidelidad en el amor. Por eso cuando Jesús nos dice: "No matarás", no simplemente nos está recordando el quinto mandamiento, que es un mandamiento de amor. Ahí está incluido también el no enojarse con el hermano, que sería matarlo en el corazón. También queda incluido el no insultar, y en tercer lugar, el no despreciar. Cualquiera de esas tres cosas sucede en nuestra vida: Nos enojamos, insultamos y despreciamos.
No puedes enojarte, despreciar, insultar, si quieres ir al cielo. Pero, es normal que nos suceda. Pero, Jesús nos invita a poner todo en regla mientras vamos de camino, es decir, el tiempo es el espacio para amar. Cada uno somos diferente, y nos toca vivir juntos. En la vida nos cuesta estar juntos, pero en esa realidad nos toca vivir el amor, porque el amor es entenderse mutuamente, comprenderse mutuamente, ayudarse mutuamente, estimularse mutuamente, superarse mutuamente, crecer mutuamente. Dios es el primero que nos da ejemplo con su paciencia para cada uno de nosotros, esperándonos siempre aunque repitamos error tras error. ¡Qué hermoso que aprendamos de Dios a borrar y borrar todo, vivir sin rencor alguno, para entonces poder rezar el "Padre Nuestro", "y perdóname como yo también perdonó a todo el que me ofende!!"
No puedes enojarte, despreciar, insultar, si quieres ir al cielo. Pero, es normal que nos suceda. Pero, Jesús nos invita a poner todo en regla mientras vamos de camino, es decir, el tiempo es el espacio para amar. Cada uno somos diferente, y nos toca vivir juntos. En la vida nos cuesta estar juntos, pero en esa realidad nos toca vivir el amor, porque el amor es entenderse mutuamente, comprenderse mutuamente, ayudarse mutuamente, estimularse mutuamente, superarse mutuamente, crecer mutuamente. Dios es el primero que nos da ejemplo con su paciencia para cada uno de nosotros, esperándonos siempre aunque repitamos error tras error. ¡Qué hermoso que aprendamos de Dios a borrar y borrar todo, vivir sin rencor alguno, para entonces poder rezar el "Padre Nuestro", "y perdóname como yo también perdonó a todo el que me ofende!!"
Yo pediré por esa intención y para todos.
|
|
|
|