LA SANTISIMA TRINIDAD
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LA SANTISIMA TRINIDADAño tras año, al comenzar la segunda parte del Tiempo Ordinario, celebramos el domingo de la Santísima Trinidad. Ante la Trinidad Santa deberíamos abrir un silencio gozoso en nuestras almas, pues solamente con esta actitud podremos comprender que la Santísima Trinidad no es una verdad pasada de moda, sino un misterio que nos hace vivir. En esa oración fraterna y milagrosa que es la Eucaristía, aparece la Trinidad Santa continuamente. Por ello hemos de estar, también, muy atentos a la revelación clara que, en torno a la Trinidad, se nos presenta en todas nuestras celebraciones y especialmente en la administración de los sacramentos. La Trinidad es principio y fin. Es amor infinito. Es fácil relacionar este día del amor Trinitario con el amor de los consagrados. En fin, damos los primeros pasos del Tiempo Ordinario que nos acompañará en nuestro recorrido litúrgico hasta el 21 de noviembre en que invocáremos, una vez más a la Trinidad Santísima, en el Primer Domingo de Adviento.
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Juan 20 19-23 El aliento de fuego¿Quién no sueña en un día futuro, en el que ya no tenga miedo de hacer las cosas proyectadas por tanto tiempo, simplemente porque le faltaba valor y coraje para emprenderlas? ¿Quién no espera tener más entusiasmo para realizar con alegría las tareas de cada día, para arriesgarse a amar más profundamente a Dios y a los hermanos, sin condiciones ni vacilaciones? ¿Quién no desea estar mucho más inspirado y ser mucho más dinámico y creativo en la vida? Pues Hoy es el día en que esto puede comenzar a suceder, porque hoy es Pentecostés, el día del Espíritu, el día en que el viento celestial huracanado renueva nuestro amor, el día en que el fuego divino nos trae alegría y libertad, el día del Espíritu Santo. Hoy es el día en el que Jesús, el Señor, alienta con su Espíritu sobre nosotros e inflama nuestros corazones con su luz y con su vida. Hoy celebramos la acción de un viento misterioso, que unas veces se presenta violento y tempestuoso sin ser destructor, y otras veces se muestra suave y refrescante como dulce brisa reconfortante. Es el Espíritu, el aliento de Dios, el Espíritu Santo que irrumpe y sopla. ¿De dónde viene este Espíritu alentador? ¿A dónde va; y a dónde nos dirige? Es el Espíritu poderoso de Dios, tormenta divina de amor y valentía; Espíritu creativo, renovador, “inspirador”, que quiere realizar con nosotros un nuevo Pentecostés. Hoy el Espíritu Santo de Dios trae aire fresco a nuestros corazones, renueva nuestra fe y hace crecer visiblemente nuestro amor.
Marcos 16, 15-20 LA ASCENSIÓN, UN MENSAJE PARA EL HOMBRE DE HOYPoco a poco, la Pascua, va tocando a su fin. Hoy, con la fiesta de la Ascensión, nos damos cuenta que –Jesús- sube a los cielos. Va a encontrarse con Dios. Es la culminación a toda su obra: su obediencia y su disposición a la voluntad de Dios, hace que –ahora- goce de la presencia del Padre en el cielo. Y, por cierto, si nosotros seguimos sus pasos, sus consejos, su estilo de vida….también nos esperará esa misma suerte que, Cristo, hoy disfruta en el cielo. ¿Lo soñamos así? Me despido, no sin antes recordarles que el Señor volverá, este mensaje del día de la Ascensión mantiene viva la esperanza de la Iglesia en su camino a lo largo de los siglos. Forma parte esencial del mensaje evangelizador. Una evangelización que prescindiera de esta dimensión de la vuelta del Señor al final de los tiempos, sería una falsa evangelización.
El pasado día jueves 7 de mayo del año en curso, se llevó a cabo una plática de orientación psicológica, cuyo tema fue: ¿Cómo Ayudar a tu hijo en su desarrollo afectivo-sexual?, impartida por la Lic. en Psicología Angélica Álvarez.
Dicha charla fue programada por los papás del grupo de catequesis de la parroquia, con el valioso apoyo del padre Benjamín. Se pensó en buscar la asesoría de un profesional, por la necesidad de contar con mejores herramientas que nos permitan a los padres orientar a nuestros hijos en diversos temas, que en ocasiones por su naturaleza nos cuesta trabajo exponer de manera clara y sencilla. Cuando digo herramientas, me refiero a la gama de posibilidades de las que podemos hacer uso y que nos permitirán entender y atender las dudas e inquietudes que nuestros hijos (niños y adolescentes) nos hacen frecuentemente. El desarrollo de la plática fue asertivo, los temas se abordaron de manera objetiva y sencilla, fue exitosa pues hubo un alto índice de asistencia, entre papás, familiares, vecinos y amigos. El clima fue ameno y de interés general, lo que generó la participación de la audiencia. Es importante mencionar que es bueno buscar alternativas y caminar al lado de nuestros hijos, lo cual implica estar avispados en la comprometida tarea de ser padres, es decir, buscar la manera de salir a flote aun y cuando estamos atorados o angustiados por cubrir sus necesidades, no solo en los temas de sexualidad, sino en cualquier actividad o circunstancia. Pues no hay que olvidar que ellos, a lo largo de su crecimiento y desarrollo tienen y tendrán necesidad de indagar y satisfacer sus inquietudes, y que de una o de otra manera buscarán a alguien para que dé respuesta a sus dudas, en donde la mejor fuente de información, de comprensión y de cariño la deben encontrar en nosotros, los padres, en sintonía en el amor y la esperanza en Dios. Adriana Enciso Martínez Quien ama a Dios, ama los demás.Poco a poco nos vamos acercando a fiestas tan importantes como la Ascensión del Señor, Pentecostés (la venida del Espíritu santo) o la Santísima Trinidad.
Mientras tanto vamos sintiendo que, Dios, es amor. Que, el Señor, nos ofrece lo que recoge de Dios: amor y más amor. ¿En qué se nos puede notar que somos amigos de Jesús? Ni más ni menos en el amor que ofrecemos. Es un distintivo que hemos de llevar. Un traje que, por nada del mundo, hemos de guardar en el armario de nuestro egoísmo particular. Amor a Dios, amor de unos para con otros. Jesús nos dice que tenemos que amarnos unos a otros como él nos ha amado. Éste es un amor muy exigente, ya que nos compromete a amar no sólo a los que nos caen bien y que nos aman o son compañeros cristianos de las mismas ideas, sino también a los difíciles, a los “no atrayentes”, a gente muy lejos de ser perfecta, a marginados y extraños… Eso no es tan fácil, y esa es probablemente la razón por la que él lo llama “mandamiento”. “Ámense unos a otros como yo les he amado”. Con estas palabras Jesús nos reta ahora, no lo defraudemos y hagámoslo, demostrémosle que queremos ser amigos de Él. |
Reflexiones y tareas domini-calesSección con reflexiones especiales dedicadas para niños. Archives
Febrero 2017
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